El Gato y el Pez

Alma y espíritu, cómplices y sin límites naturales, dispuestos a morir para su naturaleza cambiar y a sus pares abrazar, en el agua, en la tierra, en el cielo o en el infierno, se aferran a la esperanza de un día deshacerse del cuerpo y fundirse en el ser amado, no es la muerte lo que buscan, es la vida, esa vida que solo da el amar, el amor, entrelazarse con quien te ama…

La carne limitada, el cuerpo encadenado a su realidad, sus siete vidas el gato cambiaría por una en el mar junto al pez amado, a su naturaleza renunciarían ambos si tan solo el cuerpo pudiera; y no queda sino dolor, dolor por las ataduras y el refugio que es la mente, la razón acude presta a mitigar la desventura de no poder ser otro, de ser lo que somos y con eso vivir, de no poder morir y seguir siendo igual…

y entonces la cordura nos dice que ese amor sin horizontes ni futuro, sin razón y sin sentido, sin esperanza será un ciclo de días llenos de sueños hermosos y noches de pesadillas por no tenernos, por no estar, por no ser; no ser el uno para el otro ni el otro para el uno.

@ISAIJOACHIM

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